Camboya es sinónimo de Angkor. Por falta de tiempo, ya que teníamos que
estar en Tailandia en una semana porque Gloria (hermana de Victor) venía a
vernos, nos centremos esta vez en el reino de Angkor y en la ciudad de Siem
Reap.
Hace miles de años hubo un reino en Indochina realmente poderoso, donde
sus reyes eran venerados como a dioses en la tierra y donde se construyeron
palacios y templos insuperables. Antigua capital del Imperio Jemer con más de
un millón de habitantes, gozó de una prosperidad inusual en la época. Pero lo
que hemos aprendido con la historia, es que cualquier imperio ha desaparecido
con el tiempo, hasta el más fuerte. No obstante, el legado que nos han dejado
está destinado a pervivir para siempre...
Nosotros teníamos pensado visitar lo principal de Angkor, ya que con el
calor que hacía, un día de templos era un día realmente agotador. Así que manos
a la obra...
Angkor Wat es el más fotografiado de los templos. Y la perfecta armonía
que desprende su estructura hace que una vez estás frente a él te des cuenta
porque es la 8 maravilla del mundo. Lo habíamos visto en tantas fotografías, en
tantos libros, que ahora estaba allí, frente a nosotros. Es una sensación única
muy difícil de explicar.
Uno de los templos que más ganas teníamos de ver era el Bayon. La
singularidad de este templo reside en los miles de rostros gigantes de la época
jemer que parece que no te quitan ojo.
Otro templo que destaca es la residencia real donde la Terraza de
Elefantes es uno de los restos más llamativos.
Pero sin duda el que más nos ha gustado es el Ta Prohm, donde la
naturaleza ha reclamado lo que es suyo. Se pueden ver como árboles centenarios
y arqueología se unen para dejar un escenario propio de películas como Tom
Raider. Y así, es como nos hemos sentido en Angkor, como protagonistas de una
película.
La otra cara de la moneda en Siem Reap es la pobreza que hay en sus
calles. Muchos niños vagabundean pidiendo algo para comer! (por dios en los
tiempos que estamos y que haya gente pasando hambre!, porque hemos estado en
sitios pobres pero que pasaran tanta hambre como aquí no). Se nos rompía el
corazón cuando niños nos pedían por un plato de comida, y aunque no fuese una
solución a su problema, les hacíamos sentarse a comer con nosotros. Y no sabéis
la alegría que desprendían sus caras cuando les decíamos que eligiesen lo que
querían.
Pero para que veáis que el mundo está lleno de contradicciones, una
pareja que conocimos han montado su negocio de comida española en uno de los
países más pobres del mundo. Es decir , un país del tercer mundo ha tenido que
recoger a gente del primer mundo para que se busquen la vida y además vivan
mejor que en España. Contradicciones verdad? El mundo nos enseña que hay muchas
contradicciones y gracias a poder vivirlas en primera persona creo que podremos
crecer como personas.
PD: una nota graciosa: la última noche en Camboya hicimos algo que
durante estos meses había visto mucho, pero no me imaginaba que iba hacer.
Montemos 4 en una moto! Jajaj creo que al final las costumbres asiáticas nos
van a gustar demasiado…
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